¿Qué Entendemos Por Liderazgo?
Por Isabel González
Es
la capacidad de influir en una o más personas para apoyar un objetivo común.
Con
frecuencia es necesario un cierto nivel de liderazgo para realizar cualquier
tipo de función eficaz dentro de una organización social, ya se trate de, una familia, una empresa, un gobierno o una
organización caritativa.
Todos
en algún momento de nuestra vida hemos ejercido de líderes incluso en
situaciones aparentemente sin importancia, como orientar a un extraño perdido en
la calle o dando consejos a un amigo
sobre cómo conseguir un nuevo trabajo.
El
liderazgo es más eficaz, cuando comparamos nuestras fortalezas con las
necesidades de las personas. Hemos de conectar con un punto en
común con ellas y después trabajar juntos para lograrlo. Siempre podemos
preguntarnos.
¿Cómo
puedo ayudar a esta persona a resolver sus dificultades y que pueda alcanzar sus metas?
Sabemos
que somos seres sociales obligados por razón de la evolución cómo seres
humanos, a mezclarnos, compartir y relacionarnos. Sin la cooperación, es
imposible sobrevivir en el mundo como especie. Por eso desarrollamos
continuamente nuevas formas de adaptarnos al medio ambiente y a nuestros
diferentes entornos, trabajo y vida personal.
Por
ello, un líder bien preparado para ejercer ese liderazgo; puede proporcionar la conexión social
necesaria, dentro de una empresa, y de
cualquier otro ámbito, para trabajar con desempeño y alegría, anteponiendo el
objetivo común de la empresa, a cualquier otra necesidad particular. Sabiendo
con certeza, que en ese desempeño, todos y cada uno de sus miembros se van a
ver favorecidos.
Cuando
cómo líderes, planteamos de forma clara y abierta, los servicios, a los que se
compromete nuestra organización, estamos generando el combustible necesario
para encender la chispa que proporciona energía a las personas, para que se
sientan comprometidas a actuar, porque se identifican con el plan de su organización, con su misión, con
sus valores y objetivos. Y en definitiva porque quieren
formar parte y participar también del éxito de la organización.
Esto
es lo que marca la gran diferencia en una organización. Contar con un líder
capaz de construir esa conexión entre cada uno de sus miembros, y hacer de este
un equipo ganador, fuerte, cohesionado e ilusionado.
Por el contrario si el liderazgo es ejercido
pobremente nos encontraremos con una organización de asalariados desempeñando su
tarea dentro de un horario, sin horizonte, ni esperanza de saber que algo nuevo
y apasionante le espera cada día al llegar a su lugar de trabajo. Y eso mismo
podemos trasladarlo a otro ámbito; trátese de nuestra familia, o de cualquier
otro tipo de asociación.
La
elección es evidente, y está en nuestras manos, si queremos ser verdaderos
líderes dentro de una organización, tenemos que formarnos en todas las disciplinas sin exclusión de ninguna.